Mientras la Cámara Alta desembolsa unos $317 mil al mes para darle cobertura a cada parlamentario en cinco áreas distintas, la Cámara destina $43 mil por cada legislador en dos ámbitos: vida y accidentes.
El 12 de enero de este año, una sesión de la comisión de Régimen Interno del Senado adjudicó la licitación de los seguros que la corporación contrata para los senadores. Con ese acto, además, se daba curso al pago de poco más de $12 millones al mes en primas en favor solo de los parlamentarios, lo que implica un gasto aproximado para el fisco de $317.323 mensuales por cada senador en ejercicio.
Doce días antes había comenzado a regir el nuevo sueldo mínimo, que fue reajustado en $7 mil para llegar a los $264 mil que rigen durante todo este 2017, y que había sido aprobado por el mismo Congreso Nacional un par de meses antes.
La comisión de Régimen Interno, que siempre encabeza el presidente del Senado -en ese entonces, Ricardo Lagos Weber (PPD)-, revisa todos los ámbitos administrativos del funcionamiento de la Corporación, y en esa sesión renovaba por un año -hasta marzo de 2018- el abanico de pólizas en beneficio de los parlamentarios, que alcanzan un monto de 42.500 UF (equivalentes a $1.130.050.000) por cada uno de ellos.
Esa cobertura más que cuadruplica la contratada por la Cámara de Diputados, que agrupa pólizas por $220 millones en favor de cada legislador, sumando los dos seguros que son financiados con recursos fiscales.
Así, la Cámara tiene asegurada la vida de cada uno los 120 diputados por un monto de 4.200 UF (alrededor de $111 millones).
Comentarios
Publicar un comentario